Puedes llamarlos malos hábitos, manías, malas costumbres o como quieras. Lo que está claro es, que a la larga conseguirás que tu coche visite el taller, o lo que es más grave aún, que reduzcas la vida útil de tu coche.
Las malas costumbres traen en consecuencia serios y graves problemas. De la misma manera que si no cuidas tu mente y tu cuerpo a la larga puedes padecer enfermedades, con el coche sucede lo mismo. Los malos hábitos y el tipo de mantenimientos que le proporcionamos a nuestro coche son vitales para poder alargar la vida de nuestro vehículo.
Os dejamos algunos de los MALOS HÁBITOS más comunes .
- Alargar los plazos del mantenimiento:
A parte de que saltarnos una revisión nos pueda hacer perder la garantía que los fabricantes/ vendedores nos ofrecen, considerar “ahorro” el alargamiento de los plazos de revisión es una mala decisión.
El mantenimiento periódico de los filtros y los cambios de aceite son la vida para el motor.
- Arrancar el coche bruscamente
Sobre todo en semanas frías. El vicio de encender el coche y calentar el motor acelerando a fondo de forma repetitiva es una mala idea. Al realizar esos acelerones estás provocando que el motor trabaje a fuerte rendimiento sin haber alcanzado una temperatura óptima para ello.
- Mover la dirección con el coche parado.
Debemos intentar no hacer esto. Puede provocar importantes desgastes en los neumáticos de las ruedas directrices del coche.
- Conducir excesivamente despacio:
Tan malo es el exceso como el déficit. Conducir a baja velocidad nos permite ahorrar combustible pero, en marchas demasiado largas podemos terminar por afectar al buen funcionamiento de la transmisión del coche.
- Conducir agresivamente.
Para empezar al conducir de manera brusca o agresiva consumiremos mayor cantidad de combustible y los neumáticos se desgastarán con mayor facilidad.
El motor se calienta en exceso, por lo que provoca desgastes en sus piezas móviles, caja de cambio y sistema de frenado.
- Mano en el pomo y pie en el embrague
Ambas manías pueden traernos malas consecuencias. El embrague es un elemento de desgaste así que, cuantas más veces lo usemos innecesariamente más estaremos ayudándolo a romperse.
En cuanto a conducir con una mano sobre el cambio de marchas puede provocar averías en la transmisión, también puede provocar holguras en los rodamientos que pueden traducirse en vibraciones a bordo del coche.
- Apurar el combustible.
Apurar hasta la última gota el combustible puede dañar la bomba de combustible, al apurar tanto estamos obligando a trabajar en exceso la bomba, un elemento cuya reparación no es precisamente barata.
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